¿NOICAZILABOLG? parece una palabra extranjera (extraña) por decir lo menos. Pero es una palabra muy nombrada y utilizada por todos pero que al parecer, es comprendida de una manera "pasiva".
Arellano C., Rolando (2002) en su obra Comportamiento del Consumidor Enfoque América Latina, comenta que la teoría de la NOICAZILABOLG es la última moda en el contexto latinoamericano: se trata nada más y nada menos que de la palabra GLOBALIZACIÓN invertida.
El hecho de invertir esta palabra es un intento serio para comprender qué es lo que entendemos los latinoamericanos por este término, y así lograr llamar la atención acerca de lo peligroso que podría representar esta situación en caso de que no se planteara un esquema de desarrollo diferente que implique un proceso al cual llamaremos “valorización”.
Es sabido que el concepto de globalización ha sido impulsado sobre todo por los países desarrollados que veían que sus mercados nacionales se hacían muy restringidos y por lo tanto surgía la necesidad de ampliarlos. En este contexto –y gracias a las nuevas tecnologías de comunicación e información- globalización significó: posibilidad de entrar a todos los mercados del globo terráqueo.
Sin embargo, parece que los latinoamericanos hubiésemos comprendido el concepto por el lado equivocado, ya que para muchos de nosotros “globalizarse” significa salir a comprar al mundo más que a vender. Parecería que se ha entendido que la globalización es un proceso pasivo de adquirir lo extranjero, mientras que para el resto del mundo es más bien un proceso netamente activo. Hemos aprendido entonces noicazilabolg.
Desde el punto de vista cultural el tema es grave, ya que para muchos latinoamericanos globalizarse es adquirir la cultura de otros. Menciona entre sus ejemplos el de aquellos que consideran hacer un MBA en el extranjero, pues lo valoran obviamente mejor que uno ofrecido en su país, sin considerar que los grados ofrecidos en el propio país está posiblemente mejor adaptados a la realidad latinoamericana.
Frente a estos aspectos de sub valorización, propone tres tareas fundamentales:
1. Tomar en cuenta que la sub valorización es un problema que mina el desarrollo de nuestros países. No es normal que un pueblo acepte sentirse inferior frente a otros y que además considere esfuerzos para imitarlo.
2. Desarrollar y promover una actitud favorable hacia lo producido en Latinoamérica. Si no consumimos lo que producimos, matamos nuestras fuentes de empleo. Si preferimos un producto extranjero porque es más barato que uno nacional estamos en realidad asumiendo dos costos: el precio del producto importado y el costo de mantener al desempleado nacional.
3. Agregar valor a lo que producimos para hacerlo más atractivo en el mercado. No hay razón para que los mejores productores de chocolate del mundo sean suizos, cuando los mejores productores de cacao son latinoamericanos y posiblemente no exista mucha magia en el proceso de fabricación del producto.
Es anecdótico que la soya de Paraguay o la harina de pescado del Perú se exporte para consumo animal, mientras que en ambos países hay altos índices de desnutrición humana.
Parece evidente que sólo la valorización nos podrá conducir a lo que se debería entender como globalización. En caso contrario seguiremos rumbo a la noicazilabolg y con ello quedaremos atrapados en el subdesarrollo.
Alberto.
Alberto.